No es ninguna coincidencia que la sede de HEYER se encuentre en Bad Ems. Aquí, en este balneario famoso en todo el mundo, los poderes curativos del vapor de agua rica en minerales para todo tipo de enfermedades del tracto respiratorio han sido conocidos durante cientos de años. Zares, emperadores, ministros y escritores han pasado por aquí para reponerse en las fuentes termales. Y fue aquí también donde comenzó a aumentar la aceptación internacional de la tecnología de inhalación, un desarrollo en el que HEYER desempeñó un papel fundamental.
En 1883, el ingeniero mecánico Carl Heyer comenzó a desarrollar dispositivos que permitían la inhalación de los vapores curativos sin necesidad de visitar las fuentes termales. A lo largo de los años, sus dispositivos fueron cada vez más compactos y, gracias a la producción industrial, cada vez más asequibles, de manera que en poco tiempo pudieron enviarse a médicos y clínicas de todo el mundo. Del mismo modo se desarrolló la atomización de la medicación, permitiendo la administración local y focalizada del tratamiento de las enfermedades del tracto respiratorio y promoviendo la difusión de la tecnología de inhalación.
En HEYER, la experiencia obtenida en tecnología de inhalación nos ha permitido crear un nuevo sector: la tecnología de anestesia. Los equipos de HEYER permiten a doctores administrar a sus pacientes gases anestésicos en cantidades monitorizadas de forma precisa.
Hoy en día, HEYER es una compañía internacional. La experiencia que hemos adquirido a lo largo de nuestros años de historia es la base ideal para el desarrollo de productos orientados al mercado que llevan las innovaciones a la práctica.